Significa recorrer paso a paso en libertad un camino que me llevó al conocimiento de mi esencia y mi potencial. Ese camino fue un proceso de muchos años; siendo ya adulta me permití explorar mi creatividad y comencé con la pintura. A través de ella plasmé en colores circunstancias de vida.
Luego la arcilla con la cual modelo poniendo mi energía para que cada forma o utensilio le llegue al que lo mira o lo usa, entregándole el placer que me provocó hacerlo.
Así llego a la escritura que me ha dado alas para seguir conociéndome y desarrollando mi espiritualidad.
Es por lo dicho que este blog lleva este nombre.

martes, 1 de mayo de 2012

La gaviota


Hace muchos años vivía en un pequeño pueblo a orillas del mar.
Durante la semana mi trabajo no me dejaba mucho tiempo libre.
Cuando llegaba al sábado armaba una pequeña mochila con agua, algo de comida, un libro, me ponía ropa cómoda y salía a caminar recorriendo la costa.
Una mañana de sol brillante, en la primavera, caminé incansablemente hasta que encontré un parador de madera en donde decidí descansar; la soledad era absoluta.
Me senté en la terraza del mirador sobre las maderas, abrigada por el sol y la suave brisa marina.
Comí algo y dejé los restos de pan a un costado. Me dormí mecida por las olas.
Me desperté sintiendo unas suaves presencias cerca mío.
Al abrir los ojos vi a las gaviotas que picoteaban las migas del pan.
Inmóvil observé a una más pequeña que las otras que no se acercaba.
Cuando vió que las más grandes comían y caminaban a mi alrededor, lentamente se fue arrimando.
                                                                                                   
Observaba todo, con ojos de querer aprender de sus pares.
Era totalmente blanca; una cría joven que recién comenzaba a volar.
Las gaviotas adultas comenzaron a partir hacia la orilla del mar, otras lo sobrevolaban y otras caían en picada sobre él para obtener un alimento  nutricio?
Ella observaba con sus grandes ojos, se había quedado allí; a mi lado recorriendo con su mirada los distintos vuelos de sus pares.
De repente abrió sus alas he hizo un vuelo corto, como probando sus fuerzas.
   
Volvió a posarse cerca sobre un parante y me miró.
En ese contacto visual sentí que me hacía una pregunta:
¿Podré tener las fuerzas suficientes para lograr un vuelo más osado?
Ese minuto de conexión hizo que desplegara sus alas con mayor energía, voló hasta razar el mar con sus plumas y volvió al parador. Me miró; su plumaje parecía tener un realce especial.
Realizó varios vuelos cortos hasta que se posó muy cerquita mío y comió las últimas migas que quedaban.
Luego voló.
La observé maravillada hacer círculos, raer el mar hasta entrar en picada en él para obtener su alimento y salir victoriosa.
Finalmente se posó en el parador, me miró con gran intensidad, sacudió su penacho y emprendió un vuelo maravilloso hacia el horizonte en donde ya se ponía el sol.
                                      
Repetí muchas veces esas caminatas a orillas del mar y me encontraba con muchas gaviotas, pero nunca volví a ver una como ella. Era especial, espero que en sus muchos vuelos lo haya descubierto.

María Silvia       31/08/2011

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