El desafío es seguir caminando, comprendiendo y aceptando la misión que nos toca en la vida.
Construyendo puentes de amor para encontrar la salida.
La risa, los recuerdos felices, los momentos de alegría nos conectan con nuestra luz.
Ella es la que nos hace caminar con paso firme, dejando atrás la oscuridad.
Depende tan sólo de nosotros poder encontrarnos con ese hermano que tanto amamos en la luz o la oscuridad.
María Silvia Rodriguez 2/08/2012
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